Han pasado dos días desde que llegamos a Colonia. Todo está listo para el gran espectáculo del mundo del balonmano, la Ehf Final4. Ahora a disfrutar!!!!
Han pasado dos días desde que llegamos a Colonia. Todo está listo para el gran espectáculo del mundo del balonmano, la Ehf Final4. Ahora a disfrutar!!!!
Las unidades de tiempo han cambiado, o mejor dicho, la manera en la que medimos el tiempo ha cambiado. Pertenezco a la generación pre-millenial y reconozco que me encantan todos los gadgets, que tengo cuenta en las principales redes sociales y, cómo no, mi web. Pero lo que no me gusta es la “obligación” de publicar algo en un periodo determinado. Tienes que colgar una foto cada semana, una entrada cada dos semanas. Hay que salir cuando tu público objetivo está procrastinando… A ver si me entero, ¿no es mi web? ¿mi blog? ¿mi muro? Pues podré publicar cuando me apetezca, digo yo. El que quiera saber de mí, pues entrará cuando le apetezca, no cada diez días exactos.
Me gusta formar parte de algo, soy uno más del equipo, pero con mis propias reglas. Mis vídeos no los ven cientos de miles de personas y estas entradas escritas un ochenta por ciento menos, seguro. Yo mismo me aburro de mis vídeos, pero me encanta hacerlos, grabar con la cámara, buscar la canción idónea… Sin embargo estas entradas escritas son más personales. Pienso (si, pienso, jijiji) qué quiero escribir, le doy vueltas, divago, leo, releo, más vueltas y finalmente mi editora, me da sus impresiones, lo corrige y lo publico a tiempo, a mi tiempo 😉
He estado leyendo estos días unos libros rarísimos, jijiji, que me ha recomendado mi editora. Uno de Bradbury (Fahrenheit 451) y el otro de Murakami (Hombres sin mujeres) y me han encantado. Más que raros son distintos, no te dejan indiferente. Según la época del año leo más o menos, sin contar la prensa deportiva, donde repaso básicamente noticias de balonmano. ¿Sabes cuando te quieres comprar un coche de la marca que sea, vamos a poner un Porsche Cayenne Turbo (puestos a soñar, a lo grande), y vas por la calle y sólo ves ese modelo? Parece que hay millones de ellos… Pues eso me pasa con la lectura estos días. Todos los que leo en internet o escucho por la radio invitan a leer, a hacer más cosas para ti, actividades que te ayuden a crecer como persona, y la lectura reposada es en lo que hacen más hincapié. También inciden en hacerlo a largo plazo, no de hoy para antes de ayer; en que para tener buenos resultados hay que tomar buenas decisiones y dejar que maduren un poco en el tiempo. Si es una decisión acertada, con el tiempo se verá (aunque yo me agarro a que la peor decisión es la que no tomas ;)). Quiero pensar que más o menos es lo que nos ha pasado en Macedonia: hemos decidido venir aquí y con el tiempo, hemos sacado el mejor resultado posible.
Lo que más me gusta de mi web es la libertad de poder publicar lo que me da la gana. Intento que sea una herramienta racional. El noventa y nueve coma nueve, nueve, nueve de las personas que me visitan está vinculadas al balonmano. Esta entrada no va a ser una excepción.
Josep Cullell, hace un par de días, ha cruzado al otro lado del río con las monedas encima de los ojos para pagar al barquero. Este señor, herrero de oficio, vivía en mi pueblo y siempre estuvo muy vinculado al balonmano de Palautordera. Le recuerdo sentado al final del banquillo en todos los partidos, sufriendo con pasión, animando a los chicos y siendo muy comprensivo cuando tenía que hablar de algún jugador. Nunca supe que hablara mal a ningúno. A finales de los 80, Palau, un pueblo de cinco mil habitantes, tenía un equipo en División de Honor (así se llamaba entonces a la actual Liga Asobal) y yo vivía en el pabellón. Mi casa estaba a unos cien metros de aquella vieja instalación y me encantaba pasar las horas allí, primero entrenando y luego viendo cómo lo hacía el primer equipo. Había que estar en silencio. Muchos días trabajaban a puerta cerrada y ahí estaba yo, sentado en la grada con el encargado del pabellón.
¡Sense por!, se le oía gritar desde el banquillo. Josep, cuando se le preguntaba por un jugador joven, siempre decía: “tiene miedo…” Es una de las muchas frases míticas que mi grupo de amigos le atribuimos. Otra, la más grande de todas, la escuchábamos cuando analizábamos un jugador con algo de calidad. Entonces él decía: “delante bien, pero le sobra el bote”… jijijiiji Con sólo recordarlo no puedo parar de reír. Lo “peor” que le oí decir fue un día que hablaban de un pivote, grande como un ropero abierto pero muy torpe: “Fulanito? Ése cada vez que tiene que lanzar se tropieza con la linea de seis metros!”. jijijiji
No he podido acudir al funeral, pero desde estas líneas le quiero recordar con gran cariño y afecto. Se suele decir que hay que dejar descansar a los que se han ido, pero también que si los seguimos recordando siguen estando “vivos”. Hasta siempre Josep, la muerte sólo es el principio de la eternidad.
Empezar el año escuchando un discurso del presidente Putin en vez de comer las uvas al ritmo de las doce campanadas y con un brindis al son del himno ruso en lugar de dar besos a mi familia. Volver a celebrar la Navidad ortodoxa trece días después de haber festejado la católica. Vodka por cava, caviar por lechazo. Viajar a la república semi-independiente de Tatarstan en lugar de a Palautordera (en Barcelona, Catalunya, Tabarnia… o lo que quiera que sea ahora).. y hacer miles de kilómetros para conseguir meternos en la clasificación del próximo Mundial en Dinamarca y Alemania.
Me esperaba unas navidades atípicas y lo han sido de principio a fin.
¿Cómo es Rusia? Mi primera inmersión me deja la imagen de un país muy rico en recursos naturales, buena gastronomía y grandes distancias. ¿Una curiosidad? Como no tengas todos tus impuestos al día, y digo todos, no sales del país; tienes que ir físicamente a pagar a la oficina principal de recaudación en Moscú y después de un par de días ya puedes viajar.
Después de tres largas semanas, he vuelto a casa (Skopje) justo el día que arranca el Campeonato de Europa en Croacia. Ayer saltó la primera sorpresa del torneo: la República Checa derrotó a Dinamarca (actual campeona Olímpica). Macedonia, con “el Comandante” al mando ;), va viento en popa y está batiendo todos los récords de su participación hasta la fecha.
En directo o en diferido estoy viendo todos los partidos. Vale, lo confieso una vez más: me gusta mucho mi trabajo y realmente lo disfruto.
Cuando escucho algún comentario de jugadores de otros equipos sobre las rutinas de sus equipos, me da pena por aquellos entrenadores o jugadores que no saben apreciar este fantástico deporte. Aunque está claro que siempre hay momentos para pensar que igual no es tan fantástico, ayer mismo. El partido entre Eslovenia y Alemania acabó con una revisión de los últimos cinco segundos del partido para comprobar si se había cometido alguna violación del reglamento y se concluyó que sí la hubo. Quejas de los eslovenos…y del resto de delegaciones, que también quieren revisiones de sus partido. La caja de Pándora.
Felices fiestas y próspero 2018!
Se acaba el año y puedo decir sin miedo a equivocarme que no será como de costumbre, hinchándome a turrón Suchard con mis hijos, comiendo más de la cuenta riquísimos pinchos elaborados y hartándome de lechazo churro. No, este final de año lo voy a pasar en Moscú, con los jugadores de la Selección rusa… Es la fiesta más grande en el país; me han explicado que habrá fuegos artificiales por doquier y que será una noche muy larga. Habrá que comprobarlo.
En cualquier caso, el día 365 llega de nuevo y en mi carrera profesional, nada extraño, hay “cierta incertidumbre”. No sé si continuaré en RK Vardar la próxima temporada y de no ser así tampoco sé cuál será mi siguiente destino. Lo único que parece claro a estas alturas es que, pase lo que pase, continuaré trabajando con el equipo nacional ruso y eso me encanta. La cruz de la moneda, lo que más rabia me da, es perderme la noche de Reyes con mis hijos, porque soy muy consciente de que es un día muy especial que tiene una fecha de caducidad demasiado cercana. Aún así también siento que es una suerte poder pasar aquí estos días y celebrar unas navidades tan diferentes. Ahora que está de moda vivir experiencias, sin duda ésta no será una más. Como decía un antiguo anuncio de la PlayStation: “al menos puedo decir que lo he vivido”.
Pasé el día de mi cumpleaños en San Petersburgo, una ciudad que, además de bonita, es un “regalo” para los sentidos y que, a pesar del frío, recorrí en barco con Edi y Jura.